Organizados en resguardos, en el municipio de Puerto Rico, Risaralda, occidente del departamento encontramos a esta cultura milenaria. Muchos de sus integrantes han salido de sus territorios a causa
del conflicto armado que se vive en Colombia. Es común encontrarlos en Bogota paseándose por sus
calles, pidiendo limosna para sobrevivir, han sido despojados de sus tierras y atropellados en sus pro-
Se dedican a la agricultura itinerante en los territorios de la selva húmeda tropical. Cultivan el maíz, la yuca y el plátano, y complementan su dieta con la caza y la pesca. Su cerámica tradicional casi ha desaparecido, pero se mantiene la talla en madera. Reconocen las líneas materna y paterna de parentesco.
Viven en tambos, viviendas circulares levantadas sobre pilotes. Sus figuras líderes son el ‘jaibaná’ para los emberá y el ‘benhuna’ para los waunana, que son ante todo chamanes, ‘hombres-medicina’, aunque en el pasado podían hacer el mal. Los emberá llaman Tatzitzetze al Creador del Universo, pero su dios principal es Karagabí, su hijo. Su ámbito sobrenatural se divide en cuatro mundos adelante y cuatro atrás.
La acción colonizadora de los campesinos y las misiones católicas han influido de forma especial sobre estas comunidades, muchas de las cuales se han integrado a la vida rural y urbana de las ciudades cercanas, como Medellín y Pereira. En los últimos años se ha dado un proceso de organización regional que ha favorecido a esta población, especialmente en asuntos relacionados con educación y rescate de la lengua tradicional.
Los emberá son muy activos en la política indigenista de Colombia y Panamá. Fue en este último país donde se promulgó una de las primeras Constituciones por las que se autorregulan los pueblos amerindios:la Carta Orgánica del Pueblo Emberá y Wounaan (Lajas Blancas, 1993). En el lado colombiano, uno de los padres de la Constitución de 1991 fue el abogado emberá Francisco Rojas Birry., hoy personero de Bogota . Ascienden a 60.000 personas en Colombia y 15.000 en Panamá.
del conflicto armado que se vive en Colombia. Es común encontrarlos en Bogota paseándose por sus
calles, pidiendo limosna para sobrevivir, han sido despojados de sus tierras y atropellados en sus pro-
pios territorios.
Los embera y los waunana o wounaanSe dedican a la agricultura itinerante en los territorios de la selva húmeda tropical. Cultivan el maíz, la yuca y el plátano, y complementan su dieta con la caza y la pesca. Su cerámica tradicional casi ha desaparecido, pero se mantiene la talla en madera. Reconocen las líneas materna y paterna de parentesco.
Viven en tambos, viviendas circulares levantadas sobre pilotes. Sus figuras líderes son el ‘jaibaná’ para los emberá y el ‘benhuna’ para los waunana, que son ante todo chamanes, ‘hombres-medicina’, aunque en el pasado podían hacer el mal. Los emberá llaman Tatzitzetze al Creador del Universo, pero su dios principal es Karagabí, su hijo. Su ámbito sobrenatural se divide en cuatro mundos adelante y cuatro atrás.
La acción colonizadora de los campesinos y las misiones católicas han influido de forma especial sobre estas comunidades, muchas de las cuales se han integrado a la vida rural y urbana de las ciudades cercanas, como Medellín y Pereira. En los últimos años se ha dado un proceso de organización regional que ha favorecido a esta población, especialmente en asuntos relacionados con educación y rescate de la lengua tradicional.
Los emberá son muy activos en la política indigenista de Colombia y Panamá. Fue en este último país donde se promulgó una de las primeras Constituciones por las que se autorregulan los pueblos amerindios:
Fuente: Enciclopedia Encarta 2.006