Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Guía para visitantes
Español
Durante el periodo Clásico Regional (1-900 d.C.) la
población siguió aumentando a algo menos de veinte personas por kilómetro
cuadrado y se identifican por primera vez algunos sitios residenciales que
cubren varias hectáreas, específicamente en el Valle de San Andrés, en la Loma
de Segovia y en el Plano de Segovia. Las unidades demográficas se hacen más
grandes y aparece una nueva en el Valle del río Negro. Para esta época los
habitantes tallaban estatuas de piedra del clásico estilo agustiniano, aunque
con características iconográficas que las distinguen. Las estatuas aparecen
concentradas en y alrededor de la parte alta del Valle de San Andrés (figura
11), donde también está la concentración demográfica más grande y hay una
asociación espacial entre estatuas y montículos funerarios, al menos en el
sitio de El Hato.
Sin embargo, a diferencia de otras regiones del Alto
Magdalena, en Tierradentro no existe clara asociación entre centros de
montículos funerarios con estatuaria y las concentraciones demográficas. Por
ejemplo, la zona de densa ocupación en el plano de Segovia no muestra sino una
estatua y hay sitios con estatuas en los que no se han encontrado montículos ni
densidades altas de residencias de este periodo. No obstante, es posible que
existieran tumbas monumentales como las de San Agustín, pero que la intensidad
de la guaquería haya destruido los montículos. De este periodo pueden proceder
también los pocos objetos de orfebrería de Tierradentro que se conocen, que
guardan gran similitud con los de San Agustín y los de la región Calima, más al
norte, pero de nuevo, los contextos originales de las tumbas fueron ya
destruidos.
Durante el periodo Clásico Regional la población no muestra
fuerte tendencia a escoger suelos fértiles, lo que ha llevado a algunos autores
a proponer que el control de la producción agrícola no era determinante para la
organización de los cacicazgos del Clásico Regional (Langebaek y Dever, 2009).
La población continuó creciendo y se concentró más durante
el periodo Reciente (900 d.C-1530 d.C), época en la que ya no se tallaron estatuas
de estilo agustiniano. Es posible que las tumbas monticulares individuales
fueran remplazadas por los hipogeos, que contrastan mucho porque se excavaron
para contener los restos mortuorios de un conjunto variable de individuos.
Durante este periodo se dio el máximo de ocupación humana, con una densidad de
algo menos de cuarenta personas por kilómetro cuadrado, muy superior a la
actual (algo menos de treinta).
Aún no existe información confiable sobre la relación entre
esa densa población del periodo Reciente y las poblaciones indígenas descritas
en documentos españoles de la Conquista y la Colonia. Es posible que, como en
otras partes del Alto Magdalena, poco antes de la Conquista se hubiese dado un
despoblamiento y que las poblaciones indígenas de la Colonia hubieran ocupado
un área deshabitada, aunque también lo es que hubiese una continuidad en la
ocupación pero que la Conquista haya afectado tan rápidamente las estructuras
tradicionales que no quedaran descripciones de los equivalentes a los
cacicazgos del periodo Reciente. De todas formas, la población disminuyó
drásticamente antes de los registros históricos y los niveles demográficos
prehispánicos nunca se recuperaron. Individuales fueran remplazadas por los
hipogeos, que contrastan mucho porque se excavaron para contener los restos
mortuorios de un conjunto variable de individuos. Durante este periodo se dio
el máximo de ocupación humana, con una densidad de algo menos de cuarenta
personas por kilómetro cuadrado, muy superior a la actual (algo menos de
treinta).
Fuente: © Instituto Colombiano de Antropología e Historia,
2011
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