Guía turística del Quindío
Por allí vuelan más de 500 especies de aves para que su
avistamiento, observación y registro fotográfico sea una de las actividades más
placenteras durante las caminatas por varias reservas como Bremen en Filandia,
El Ocaso en Quimbaya, El Jardín en Génova y el mismo valle de Cocora en
Salento. Aparecen también ríos y quebradas cristalinas, hatos ganaderos y
altísimas palmas. Son las de cera, nuevamente referencia del valle de Cocora,
el lugar donde crecen y donde al tiempo se forma un sendero hacia el bosque de
niebla y una de las entradas al Parque Nacional Natural Los Nevados,
maravillosa reserva que el Quindío comparte con otros departamentos.
Cultura e Historia
En el territorio que hoy ocupa el Quindío existió una raza
dura y diestra en el arte y la orfebrería. Eran los quimbayas, habitantes de la
región antes de la llegada de los conquistadores españoles. En memoria de dicha
raza se custodian hoy tesoros y lugares que prueban su existencia y demuestran
cuan avanzada fue su cultura, como el Museo del Oro Quimbaya en Armenia.
En el siglo XIX el Quindío hizo parte de los territorios
cobijados por el fenómeno de la colonización antioqueña, legado que se advierte
en la actualidad, en razón a las costumbres, la rutina de sus pobladores y la
arquitectura de los pueblos. El Quindío perteneció hasta 1908 al denominado
estado soberano del Cauca y luego se integró al Viejo Caldas.
Y fue en 1966 que el departamento se creó como tal, siendo
Armenia erigida su capital. Desde entonces, el Quindío ha gozado de plena
autonomía en su desarrollo social y económico, convirtiéndose en atractivo para
turistas e inversionistas.
Es por todo ese interesante pasado que la cultura e
historia, como producto turístico, cobra un valor preponderante en el Quindío;
porque además dicha herencia se preserva por medio de la arquitectura de los
pueblos, de los museos y de los nuevos lugares que van naciendo como atractivo
y como una forma de mantener la memoria.
Información General
Deportes y Aventura
La actividad física sin mayores riesgos y la aventura
llevada al extremo son dos sanas maneras de sentir mejor la experiencia de
estar en el Quindío. Canopy, ciclomontañismo, cabalgata, balsaje, kayak, juegos
de cuerdas altas y parapente. Esos son los deportes más comunes en las verdes
estancias quindianas.
Los ríos Barragán y La Vieja, el valle de Maravélez, el
cerro El Castillo y la vereda Pantanillo, entre otros lugares, albergan con
frecuencia a los aventureros que desafían las aguas, los vientos y las alturas
para vivir experiencias llenas de emoción, en las que se conjugan sensaciones
de vértigo con el placer de mirar lugares realmente hermosos.
Varios operadores quindianos disponen de la buena
infraestructura que garantiza proceso por el que se ha logrado el prestigio
mundial de dicho producto agrícola.
Hacer turismo rural en las fincas del Quindío significa
contemplar los cafetos llenos de frutos, disfrutar la naturaleza, divisar el
vuelo de mariposas multicolores y escuchar el canto de cientos de pájaros. Es
el placer de la grata compañía, de una buena charla campesina y del suave sabor
del café recién colado.
Las haciendas cafeteras, que en su mayoría sirven de
hospedaje, están presentes en casi todos los municipios del Quindío. Pero
además del conocimiento de la cultura cafetera, el turismo rural implica varios
temas complementarios que tienen que ver con la rutina diaria del trabajador y
de quienes idearon la forma de mostrar una parte de Colombia a través de las
costumbres y las tradiciones. la práctica segura y divertida de las diferentes
actividades. El Quindío ha venido ganando posiciones de privilegio en el campo
de los deportes de aventura, precisamente por la adecuada organización y los
diferentes lugares aptos para la práctica y que surgen entre la llamativa y
reverdecida naturaleza.
Fuente: Guía turística del Quindío
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