Región Andina, mitos y leyendas
El Mohan o Mojan del Tolima y Huila vive en
los posos oscuros de los ríos y quebradas tropicales, es personaje tutelar de
las aguas y ahoga a quienes intentan bañarse en sus dominios. Los campesinos
cundinamarqueses le atribuyen la crecida de los ríos a los “mojanes” y no a la Madremonte. A veces
se confunde en el Tolima con el Poira llanero.
Siempre aparece en noches de luna, cuando los
monteros solo temen a dos cosas: al tigre, que en tales noches sale a cazar, y
al horrendo grito de la
Llorona. La lógica indica que el grito debe corresponder a
algún tipo de animal, pero su efecto aterrador no permite verificar a que pueda
deberse.
Entre los mitos menores de la Región Andina se
pueden mencionar el de El Poira, en la zona del Huila y el Tolima. La Lengüilarga de
Antioquia, que es compañera del Hojarasquin del monte, es un mito menor que
también pertenece a la selva; aparte de la notable longitud de su lengua, no se
conoce descripciones especiales que se relacione con ese nombre.
Entre las supersticiones se cuentan con los
duendes y los espantos, simples apariciones sin virtud maléfica que asustan a
los viajeros tímidos, a los borrachos y aventureros nocturnos. En cada zona
encontramos estos y muchos más mitos, supersticiones y leyendas.
Medicina Popular
Los campesinos mestizos aplican con frecuencia
a sus enfermos yerbas y extractos en forma de cocciones, infusiones,
maceraciones, emplastos y pociones, entre otros. Heredados por tradición oral,
tomados de las tribus indígenas antecesoras a su estirpe o cercanas a su
ambiente, estos conocimientos se utilizan sin saber prácticamente nada acerca
de las propiedades farmacológicas de los principios activos de muchas plantas y
extractos animales. En medicina popular los más utilizados en la región son el
“fute”, la tela de araña y el polvo de los quicios.
Se llama fute a los hongos de penicilina que
se forman en el maíz que una vez pilados, se entierra debidamente envuelto y en
pocos días produce una masa blanca de hongos que aplicada localmente en las
heridas previene las infecciones o ingerida con miel durante los partos, evita
la fiebre puerperal; también es aplicada en el ombligo del recién nacido como
antiséptico. En cuanto a la tela de araña y al polvo de los quicios, estos
también contienen hongos, pero de terramicina o estreptomicina, eficaces aunque
peligrosos por el bacilo tetánico que se halla
en las tierras.
La savia del trompeto o sarno también se
aplica como desinfectante y anestésico; igualmente conocidos y utilizados en la
región andina son el borrachero o huanto, la yerbabuena, el toronjil, el apio,
la salvia, el ruibarbo, la mazanilla, el romero, el
tomillo, la higuerilla, y otras muchas plantas
y yerbas que en dosis no excesivas pueden ser eficaces.
Fuente: Convenio 1412/2007
Ministerio de Cultura
Fundación Taller de Arte Junior