Parque nacional de la Sierra Nevada de Santa Marta,

  

Parque nacional de la Sierra Nevada de Santa Marta, parque colombiano que comprende el macizo de la sierra Nevada de Santa Marta, fue declarado parque nacional en 1977 y tiene una superficie de 383.000 hectáreas. La sierra Nevada de Santa Marta es la montaña costera más alta del mundo, entre el Caribe y los 5.900 de altitud. En el parque se abarcan todos los pisos bioclimáticos, desde el bosque seco tropical hasta el glaciar por encima de los 4.900 m; posee una gran biodiversidad, encontrándose algunas especies endémicas. La sierra es a la vez una importante región arqueológica, destacándose Ciudad Perdida: red prehispánica de caminos, terrazas, plazoletas y sistemas de riego enlosados, sostenidos por muros en los filos de la sierra, construida por los antecesores de los kogi y los arhuacos, quienes son los actuales pobladores.

Fuente: Enciclopedia Encarta 2.007

Cundinamarca – Guía Turística –Colombia Deportes y aventura

  

Cundinamarca – Guía Turística –Colombia
Deportes y aventura
Varios municipios del departamento ofrecen las condiciones propicias para la práctica de deportes extremos y experiencias cargadas de adrenalina. Diversas prácticas, como el rafting, rappel, kayak, ciclotravesías, parapente, motocross, escalada en roca, espeleología, paracaidismo, vela y torrentismo (descenso de una peña con arnés, en medio de un torrente de agua o cascada) son algunos de los más destacados.
Nimaima, Suesca, Utica, Vileta, la Calera, Guatavita y Sopó son los municipios donde se pueden practicar estos deportes.
Para una práctica guiada, existen diversos operadores turísticos que ofrecen dichas actividades con altos estándares de seguridad, con el fin de que sea una experiencia inolvidable.
Parques naturales
Los amantes de la naturaleza encuentran en los parques naturales un destino ideal para contemplar y disfrutar de cientos de kilómetros de áreas verdes. Son reservas que cuentan con gran riqueza de fauna y flora, y diversidad animal. También, ofrecen grandes fuentes hídricas para el departamento. Algunos de éstos marcan importantes momentos de la historia, ya que fueron epicentro de leyendas y ritos sagrados en la prehistoria. Entre los más destacados se encuentran la Reserva Forestal Protectora Productora Laguna del Cacique Guatavita, Parque Forestal Embalse del Neusa, Parque Nacional Natural Chingaza, Parque Natural Sumapaz, Parque Embalse del Sisga, Parque Arqueológico Piedras del Tunjo, Parque Puente Sopó, Parque Natural Chicaque y Embalse de Tominé.
Rafting en Nimaima
Acuaturismo
Son abundantes los cuerpos de agua de los que dispone el departamento para la práctica del acuaturismo en todas sus modalidades: velero, esquí náutico, kayak, regatas, pesca deportiva, paseo en lancha por espejos de agua, en las lagunas de Fúquene, Cucunubá, Suesca, el Coco, Ubaque; y en los embalses de Tominé, el Hato, San Rafael, Neusa, Sisga, Chingaza, la Regadera y el Guavio.
Aguas termales
Tierras ricas en fuentes de aguas minerales que surgen del suelo a diferentes temperaturas: hipotérmicas, mesotérmicas, hipertérmicas y con una riqueza fisicoquímica para múltiples usos. Son muy conocidas y frecuentadas por sus poderes curativos y tratamiento para aliviar enfermedades.
Se destacan los nacimientos de Agua de Dios, Anapoima, Chipaque, Choachi, Cota, Gachetá, Machetá, Tabio, Tenjo, Tibirita, Nimaima, Suesca, Pandi, Guasca, La Calera, Nemocón, Chocontá, Puente Quetame, Paratebueno.
Maravillas de Colombia
Orgullo del país son dos atractivos admirados por los extranjeros: la Catedral de Sal de Zipaquirá y la Mina de Sal de Nemocón. La Catedral es un atractivo religioso construido en el corazón de una mina de sal subterránea, único en el mundo y patrimonio cultural. La obra es considerada una de las más importantes para la arquitectura y la ingeniería colombianas.
La Mina de Sal de Nemocón nos deja ver bajo tierra los espejos de salmuera, las estalactitas y estalagmitas, y cuenta con un museo arqueológico con piezas únicas en el mundo.
Arte rupestre
Cundinamarca fue territorio de los muiscas y de los panches. Los primeros eran gobernados por el zipa antes de la llegada de los españoles. Posee un patrimonio de arte rupestre, donde se encuentran huellas de los primeros habitantes de Cundinamarca, a través de petroglifos y jeroglíficos, que son representaciones gráficas grabadas o pintadas en piedra.
Estos hallazgos se ubican en Cajicá, Cachipay, Chía, El Colegio, Facatativá, Madrid, Nemocón, Sasaima, San Antonio del Tequendama, Soacha, Zipaquirá, Suesca, Sutatausa, Sibaté, Tibacuy, Machetá, San Francisco, Une, Nilo y La Mesa.
A lo largo y ancho del territorio se encuentran áreas húmedas, en las que es posible disfrutar de ríos, lagunas y humedales, que embellecen los paisajes de cada municipio.
Cundinamarca cuenta con dos parques nacionales naturales: Chingaza y Sumapaz, refugio de gran número de especies de fauna y flora. Ambos presentan ecosistemas de páramo, pero el primero presenta un ecosistema de selva andina y subandina, y el segundo tiene representada la zona andina, donde hay franjas de vegetación de bosque altoandino y bosque andino. En el caso de estas dos áreas protegidas se encuentran especies como el venado y la danta de páramo. Y flora como el musgo de pantano y los frailejones
Fuente: Cundinamarca - Guía Turística – Colombia

Vive Colombia

Chocó – Colombia - Guía Turística Gastronomía


Chocó – Colombia - Guía Turística
Gastronomía
Con la ventaja singular de encontrarse bañado por dos mares y contar en su territorio con una innumerable cantidad de ríos y fuentes hídricas, el Chocó presenta una rica y variada dieta basada principalmente en pescados de agua dulce o de mar, y arroces sazonados con especias chocoanas que le dan un toque característico.
Los platos más comunes, a los que se les hacen innovaciones según las tradiciones familiares o la creatividad gastronómica de las personas son:
Platos típicos Costa Pacífica
- Sancocho de pescado de mar con coco.
- Arroz con coco.
- Cebiche de cangrejo.
- Cebiche de camarón y atún.
- Cebiche de pescado.
- Cebiche de piangua.
- Cebiche de pescado y camarón.
- Encocado de churuleja.
- Atollado de churuleja con piangua.
- Atollado de piangua.
- Tapado de pescado.
- Mulata paseadora.
- Cebiche de tollo.
- El gran Jujú.
- Arroz de mariscos.
- Pescado al ajo.
- Pescado abojarrado.
- Picúa guisada.
- Encocado de piangua.
- Atollado de almeja.
- Camarón sudado.
- Pescado frito con patacón.
- Mechado de atún.
- Tortas de pescado.
- Arroz con coco.
Área del Atrato, San Juan y Baudó
- Sancocho de las tres carnes.
- Atollado de arroz con queso y sardina.
- Arroz clavado.
- Tapao de chere (pescado seco bocachico o dentón).
- Sopa de mulata paseadora.
- Arroz con longaniza.
- Sopa de resplandor.
- Sudado de doncella.
- Quicharo pisado con manteca y banano cocido.
- Queso rallado con patacón.
- Sopa de pacó.
- Jujú (bolas de plátano cocido, molido aliñado y con queso).
- Cocadas con papaya, coco y piña.
- Torta de chontaduro (con sal o con azúcar).
- Buñuelos de chontaduro o de árbol del pan.
- Caldo de guacuco con queso.
- Bocachico o dentón sudado o ahumado.
Costa Atlántica
- Sancocho de pescado de mar.
- Sancocho de gallina.
- Sancocho trifásico.
- Sancocho de costilla.
- Atollao.
- Cebiche de frutos del mar.
- Jaiba sudada.
- Langosta guisada.
- Arroz con coco.
- Pescado frito.
- Sopa de caracol.
- Caracol guisado.
Es costumbre acompañar las comidas con jugos de borojó, badea, níspero, piña, lulo tropical, guayaba agria, guayaba dulce o marañón.
Son frutas tropicales de la región: borojó, badea, naidi y chontaduro.
En las costas del Pacífico y del río Atrato, los campesinos elaboran una bebida alcohólica llamada viche.
Fuente: Chocó – Colombia - Guía Turística

Vive Colombia

Región Andina Colombiana -FOLCLOR COREOGRÁFICO- Trajes típicos

 

Región Andina Colombiana
FOLCLOR COREOGRÁFICO
Trajes típicos
Aunque el traje o atuendo vestuario para los danzarines de estas tonadas es simplemente el de los campesinos de dicha región, a veces se utilizan prendas típicas como el sombrero de jipa, el pañuelo rabuegallo, la comisa cotona o sin cuello, la ruana de lana de jerga o la montera de lana para los climas fríos y la mulera de hilo para los cálidos, el pantalón de manta y las alpargatas en el hombre y la corrosca de pinto, el sombrero de suaza o de tapia pisada, falda de saraza con orillo de randas o de olán, pañolón o rebozo de caperuza, blusa de manga larga y bordada o cortada al codo, alpargatas blancas con galones negros o cabeza adornada con flores, según el clima para la mujer. A veces se llevan prendas adicionales o de parafernalia como el carriel antioqueño y el machete para el hombre o canasta con flores para la mujer. En el torbellino es más común el bordón o guayacán en vez del machete y la mochila de fique.
Es razonable el traje campesino condicionado por el clima y el tipo de trabajo que se realiza en una región determinada.
Hay un sinnúmero de prendas vestuarios comunes a varios departamentos: el traje del arriero de las montañas antioqueñas, caldenses, quindianas y de Risaralda es prácticamente el mismo y tiene semejanzas con el de Santander. Las prendas del peón ganadero de la región de los llanos, del Tolima y Huila tiene muchos detalles en común con el de los trabajadores sabaneros de Bolívar.
Igualmente sucede con los campesinos labriegos de Cundinamarca, Boyacá, Oriente, Santander, etc., de las zonas frías.
Danzas y Juegos Coreográficos
El bambuco es, como expresión sentimental, un “idilio campesino” que señala los tímidos balbuceos del amor en los pasos de una danza ingenua. El hombre persigue delicadamente; la mujer consiente su timidez. Aquí vendrían muy bien las palabras del maestro argentino Leopoldo Lugones, al hablar de las danzas criollas:
Su ritmo, elemento masculino, es alegre y viril, mientras su melodía llora con melancólica ternura.
Así resulta más descriptivo de la doble alma que encierra la pareja danzante, conservando toda su individualidad al hombre y a la mujer, quienes nunca llegan a unirse materialmente.
El espíritu de nuestra poesía es, como la música correspondiente, melancólico y viril a la vez. La delicadeza sentimental de estos dos elementos impuso a la danza una decente cortesía que no amenguaba, por cierto, su elegante gracia. Hombre y mujer permanecían simplemente separados, siendo su contacto cuando lo había, eventual y fugaz.
Esa viril melancolía de que nos habla Lugones, se aplica mejor que nunca al bambuco y es la misma “risa entristecida” con que José Eutasio Rivera nos define el espíritu del bambuco en su soneto de La calentana:
La gentil calentana, vibradora y
sumisa, De cabellos que huelen a
florido arrayan, cuando danza
bambucos entristece la risa y se alegra
el susurro de sus faldas de olán.
Los pasos de danza en el bambuco varían según las regiones andinas.
La artesanía más importante es la vivienda, y aquella que posee carácter tradicional es la que podemos considerar como folclórica, dividida en nativa o indígena y aculturada (mestiza o mulata).
La vivienda nativa, usada desde tiempos inmemoriales por nuestros indígenas, se conserva en la actualidad prácticamente sin modificaciones.
Así, las casas indígenas de los Páez son ranchos de una o dos piezas, techo de paja, paredes de troncos clavados en el suelo con cañas secas de maíz en los intervalos, una sola puerta sin ventanas y fogón interior; las camas son de cuero de osos o de res. Otra etnia de la región andina, los guámbianos, construyen caseta de palma “boba” o helecho arborescente, techo de paja puertas y ventanas amplias, paredes dibujadas sobre cal; aquí encontramos algunos elementos extraños, como la cal y los dibujos que señalan la influencia de la civilización mestiza perturbadora de la tradición guambiana.
En la vivienda mestiza actual predomina el modelo hispano llamado “colonial” urbano y campesino, aunque en los campos es más corriente el rancho pajizo de bahareque y tapia pisada, un conjunto de cuatro paredes de tierra pisada (tapias) con una sola puerta y una ventana a lo más, techada en caballete de dos aguas y cubierta de paja de esparto, de palma, de tamo de trigo o de teja rustica de madera.
Fuente: Región Andina Colombiana
Convenio 1412/2007
Ministerio de Cultura

Fundación Taller de Arte Junior

Región Costa Pacífica Colombiana

  

Región Costa Pacífica Colombiana
La Región Costa Pacífica de Colombia hace parte del Chocó biogeográfico. Se encuentra ubicada al occidente de Colombia y está dividida en dos grandes zonas marcadas por el Cabo Corrientes.
Limitada en el norte por la frontera con Panamá, al sur por la frontera con Ecuador, al oriente por la Cordillera Occidental de los andes colombianos y al occidente por el Océano Pacífico del cual deriva su nombre.
Es una región con una inmensa riqueza ecológica, hidrográfica, minera y forestal en la cual se encuentran parques nacionales naturales. Es además considerada una de las regiones de mayor biodiversidad y pluviosidad del planeta con precipitaciones del orden de los 4.000 mm/anuales según el Ministerio de Minas y Energía de Colombia[1] . Es también la tierra principal de la cultura afrocolombiana y de numerosas tribus indoamericanas que fueron denominados "chocoes" por los españoles al momento de la Conquista, aunque el término incluye familias lingüísticas de diferente origen. El litoral pone a Colombia de frente al Océano más grande del mundo y con ello un campo de encuentro internacional vital para su desarrollo.
Descripción
La Región forma una franja orientada de sur a norte entre Ecuador y Panamá.
Dicha franja es además la vertiente natural de la Cordillera Occidental. La Región está dominada por los ríos Atrato al norte y el San Juan al centro. El litoral es preferiblemente quebrado con numerosos golfos, bahías e islotes. El noroccidente, en el Departamento del Chocó, se forma la Serranía del Baudó y en límites con Panamá está presente la Selva del Darién, en el Tapón del Darién, santuario ecológico del mundo.
Regiones naturales de la región pacifica
Las siguientes son las regiones naturales de la Región Pacífica de Colombia:
• Serranía del Baudó.
• Valle del Atrato.
• Valle del San Juan.
• Llanura del Pacífico.
Departamentos
Los siguientes son los departamentos que tienen territorio en la Región Pacífica:
• Departamento del Chocó: el único departamento cuyo territorio está 90% dentro de la Región. Al norte tiene una parte en el Golfo de Urabá que lo pone en la Región Caribe (el único departamento colombiano con costas en los dos océanos) y al oriente toca las estibaciones de la Cordillera Occidental.
• Departamento del Valle del Cauca.
• Departamento del Cauca.
• Departamento de Nariño.
Relieve
Al norte dominan el territorio serranías de mediana altura, como la del Baudó, la del Darién y la de la costa y los valles de los ríos Atrato, Baudó y San Juan. Al sur hay terrenos planos, selváticos y anegadizos y cruzados por numerosos ríos.
Hidrografía
La región está recorrida por caudalosos y profundos ríos, tales como río Atrato, río San Juan, río Baudó, río Mira y río Patía.
Algunos de ellos constituyen las únicas vías de comunicación en una región mayoritariamente selvática., en esta zona es muy importante destacar que la forma mayoritaria de progreso y supervivencia se basa en los ríos.
Clima
Es bastante diverso, hay abundantes lluvias en el año ya que al llegar las nubes cargadas del océano Pacífico traída por los vientos, al llegar a la cordillera el peso es demasiado y el viento no es suficiente ya que se choca en la cordillera occidental.
Fuente: Región Costa Pacífica Colombiana
Fundación Taller de Arte Junior - Escuela de Danza
Convenio: Ministerio de Cultura

Miranda - Cauca

Boyacá - Guía Turística – Colombia

  

Boyacá - Guía Turística – Colombia
Boyacá
Paraje en las afueras de Toca
El Departamento de Boyacá, ubicado en la zona centrooriental del país, fue el escenario de las batallas de Gameza, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá, confrontaciones militares que dictaron la consolidación de la libertad nacional. El anecdotario local cita constantemente las palabras de Simón Bolívar, el más ilustre de los héroes independentistas: “si Caracas me dio la vida, Boyacá me dio la gloria”.
La biodiversidad y la presencia de escenarios naturales a lo largo y ancho del territorio boyacense configuran un panorama ideal para los amantes del turismo ecológico y el cuidado ambiental.
La zona cálida occidental, con muchos atractivos naturales; el clima templado del norte, lugar desde donde se observa el río Chicamocha; y los picos nevados, entre los que se destacan la sierra nevada de El Cocuy, Güicán o Chita, son ejemplos de la riqueza geográfica y de los recursos hídricos que caracterizan al departamento.
Boyacá presenta varios atractivos religiosos en municipios que gozan de una amplia tradición. Iglesias, conventos y monasterios son frecuentados diariamente por cientos de visitantes.
Las costumbres ancestrales que mantienen sus pobladores se reflejan en varios aspectos de interés turístico: la gastronomía, basada en productos de naturaleza agrícola, como la arepa, los panes y las sopas, y otros de origen animal, como los quesos y caldos de carne; las artesanías, como la cestería del Valle de Tenza o el municipio de Guacamayas, al norte del departamento; la cerámica artesanal, en Ráquira; y la industria de lana de oveja en el municipio de Nobsa, donde se fabrican las ruanas típicas de la indumentaria boyacense.
Boyacá posee una red de carreteras que conecta a la capital y a la mayoría de sus 123 municipios con Bogotá; además, cuenta con una malla vial que permite la comunicación de sus provincias con departamentos vecinos, como Arauca, Antioquia, Caldas, Casanare, Cundinamarca, Meta, Santander, Norte de Santander y también con la República Bolivariana de Venezuela.
Generalidades de Boyacá
16 Información General
1.269.401 hab. 14 ºC 2.475 m. s. n. m. Latitud 5°38´ norte y longitud 72º 55´ oeste Geografía, límites e hidrografía
El panorama geográfico boyacense, típico de la cordillera Oriental, se caracteriza por la presencia de montañas, sierras, picos y nevados. Las elevaciones del departamento limitan, entre otros lugares,  con los llanos de Casanare y Arauca, y en el occidente, con las planicies ubicadas en el municipio de Puerto Boyacá. Boyacá limita por el sur con los departamentos de Meta y Cundinamarca; por el oriente, con los departamentos de Arauca y Casanare; desde el municipio de Cubará, en territorio indígena u’wa, con la República Bolivariana de Venezuela; por el norte, con Santander; y por el occidente, separado por el río Magdalena, con el Departamento de Antioquia.
Naturaleza, flora y fauna
La variedad térmica y geográfica sustenta la riqueza silvestre del departamento. De la flora nativa, por ejemplo, se destaca el roble, árbol insignia del territorio. Esta especie, caracterizada por su altura y fortaleza, se aprecia en comunidades asentadas sobre los 1.500 y 3.000 m. s. n. m., llamadas también “robledales”.
Trescientos mil hectáreas de páramos, correspondientes al 20% del total nacional, respaldan la reputación del departamento como epicentro de ecología y biodiversidad.
Dicho ecosistema ha favorecido las condiciones para la aparición de ejemplares florísticos, entre ellos, la Espeletia Paipana, una especie de frailejón endémico de las montañas que se elevan en cercanías del municipio de Paipa.
Un recorrido por las zonas de páramo boyacenses representa una travesía en medio de musgos, orquídeas y pajas, que cumplen, además, funciones tan importantes como capturar y administrar el agua que surte a las quebradas y ríos del departamento.

Fuente: Boyacá Guía Turística Colombia

Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro Guía para visitantes

  

Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Guía para visitantes
Español
3. Los estudios arqueológicos
La existencia de las grandes tumbas de cámara de Tierradentro se conocía desde mucho antes, pero las investigaciones científicas se iniciaron en 1936, cuando el geólogo Georg Burg estudió algunos de los hipogeos y el arqueólogo José Pérez de Barradas inició sus investigaciones financiadas por el Ministerio de Educación Nacional.
Pérez de Barradas indicó (1937) que las grandes tumbas con decoración pintada de los sitios El Aguacate, San Andrés y Segovia (figura 6) eran posteriores a la época Clásica de San Agustín, y de un periodo al que denominó “Cultura Cauca floreciente”, fechado entre los siglos IX y XII. Sostuvo que entre los siglos XII y XV habitó en la región otra cultura (que denominó “Cauca reciente”), cuyos restos se podían ver en la zona de Belalcázar.
En cambio, a la etnia nasa, que por datos históricos se ubica desde al menos el siglo XVI en esta región, le atribuyó un arribo algo más reciente (Rappaport, 1982).
Aunque la cronología propuesta por Pérez de Barradas no contaba con el apoyo de métodos directos de fechamiento de radiocarbono, inventados una década después de sus estudios, la mayoría de los investigadores la acepta.
Gregorio Hernández de Alba adelantó en 1937 una visita técnica para el Ministerio de Educación Nacional, en la que describió detalladamente los hipogeos y trazó los primeros planos y dibujos del interior de las tumbas (figura 7) (Hernández de Alba, 1938). Dichos materiales se conservan en el centro de documentación del ICANH y cumplen un papel importante de apoyo para la toma de decisiones sobre restauración e investigación. En 1938 se creó el Servicio Arqueológico Nacional, al que se le asignó el estudio y cuidado de los bienes arqueológicos, incluyendo el manejo del parque de Tierradentro, asuntos que desde 1952 serían responsabilidad del Instituto Colombiano de Antropología (hoy Instituto Colombiano de Antropología e Historia).
Las excavaciones adelantadas por Hernández de Alba (1938) y Horst Nachtigall (1955) indicaron una estrecha relación entre San Agustín y Tierradentro para gran parte de la secuencia arqueológica, compartiendo los estilos de cerámica, la forma general de los asentamientos y la estatuaria funeraria del periodo Clásico Regional (1-900 d.C.). Sin embargo, las excavaciones mostraron que la cerámica asociada a los hipogeos era muy diferente a la conocida en San Agustín (figura 8).
Investigaciones posteriores (Chaves, 1972; Langebaek, 1995, 2009) confirmaron que durante el Formativo (1000 a.C-1d.C) y el Clásico Regional (1-900 d.C.) Tierradentro fue habitada por sociedades agrícolas que compartían con San Agustín los patrones dispersos de asentamiento, la estatuaria, la cerámica (figura 9) y la orfebrería. Los materiales cerámicos de toda la secuencia prehispánica presentan tal similitud que en los estudios arqueológicos actuales se utiliza la misma cronología cerámica que para el Valle de la Plata y para la zona de San Agustín e Isnos (figura 10), aunque información reciente de algunos yacimientos sugiere fechas más tardías de finalización del periodo Formativo 3 y del Clásico Regional en Tierradentro, al compararlo con la zona de San Agustín (Langebaek y Dever, 2009).
Los estudios de reconocimiento regional en los valles de Ullucos, Malvasá, Río Negro y San Andrés (figura 11) muestran que la ocupación sedentaria de Tierradentro comienza en el Formativo 1 (1000-600 a.C.) con una serie de pequeños sitios residenciales muy dispersos y con una densidad de menos de una persona por kilómetro cuadrado (Langebaek y Dever, 2009). Durante el Formativo 2 (600-300 a.C.), la población de la región se duplicó, pero con menos de dos personas por kilómetro cuadrado seguía siendo muy baja aún. En este periodo parece haberse iniciado la explotación de sal, cuyos restos han sido identificados en el plano de Segovia, lo que se puede interpretar como la existencia de especialización en la organización económica. Aunque en estos periodos la población es muy dispersa, no todos los valles tienen la misma ocupación. Las áreas residenciales son más frecuentes en el valle de la quebrada de San Andrés y en menor medida en el valle del río Ullucos. Durante el periodo Formativo 3 (300 a.C.-1 a.D.) aumentó drásticamente la población regional a algo menos de diez personas por kilómetro cuadrado y aparecen ya claras concentraciones demográficas, localizadas en el valle de la quebrada San Andrés, donde se ubica el parque arqueológico, y también en la zona más baja del mismo valle, en el Plano de Segovia. Una tercera concentración más tenue aparece en el Valle de Malvasá.
Estas concentraciones son análogas a las encontradas en los reconocimientos arqueológicos de San Agustín y del Valle de la Plata, en donde se han interpretado como unidades políticas o cacicazgos, cuyos territorios se definen por densidades menores a lo esperado y que estaban formadas por algunos cientos de habitantes cuyas residencias muestran clara concentración espacial.
Fuente: Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Guía para visitantes
Español
Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2011
Calle 12 nº 2-41, Bogotá, D. C.
Teléfono (57-1) 561 96 00 • Fax, extensión 144

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CULTURA CALIMA - VIDA DIARIA - CARACTERÍSTICAS

  CULTURA CALIMA VIDA DIARIA CARACTERÍSTICAS La principal actividad económica de esta cultura estaba basada en el comercio de sus esculturas...