Región Andina Colombiana -Las casas en la región andina


Región Andina Colombiana
Las casas en la región andina
Otras son únicamente de bahareque, esto es, de cañas y barro; generalmente en las tierras frías se utiliza el chusque y barro mezclado con boñiga de res y en los climas cálidos guadua rajada paletada con barro después de atada con bejucos.
En cuanto a la artesanía manual, se distinguen por su dulcería en general y dulcería artística o sitoplastia, localidades como Chinquinquira y la Capilla en Boyacá, y Buga en el Valle del Cauca por su trabajo con el alfeñique.
Destacan igualmente las poblaciones de Vélez y Chitagá, en Santander, por sus dulces en general. Las figuras modeladas en dulcería artística suelen ser de una graciosa ingenuidad que sorprende por su sencillez infantil; desarrollan temas religiosos y
sentimentales en las figuras de vírgenes y santos de culto católico, ángeles, palomas, flores y todos los motivos de la fauna y la flora.
En la región andina se encuentran también famosos centros alfareros y ceramistas, como La Chamba y Espinal, en el Tolima; Raquira, Gámeza y Chinquinquira, en Boyacá;
Pitalito, en el Huila; Carmen del Viboral, en Antioquia y Tocancipa, en Cundinamarca.
Hay que mencionar las importantes herencias de las culturas Quimbaya y Muisca en la tradición cerámica de esta zona.
Pasto es celebre por su barniz, cuya preparación se realiza con base en la resina del árbol mopa-mopa, abundante en esta ciudad. El barniz de Pasto es una especie de laca utilizada para la decoración de muebles y vasijas de madera, ampliamente reconocida, tanto que hoy es procesada casi industrialmente.
En cuero destacan Envigado y Jericó, La Ceja y Barbosa, en Antioquia; Santa Rosa, Cuche, Villapinzón y Choconta, en Cundinamarca y Belén en Nariño. En lana son centros valiosos Nobsa, Iza, Sogamoso, Gamesa, Pesca, Sutamarchán, y Villa de Leyva en Boyacá; Funza, Nemocon, Sopo, Usaquén y Lenguazaque en Cundinamarca; La Jagua, en el Huila, Silvia en el Cauca. En madera cabe mencionar Chinquinquira, Duitama y Sogamoso en Boyacá; Ipiales, en Nariño. En metales finos y otros, Guapi en el Cauca y Barbosa en Nariño. En paja Aguadas en Caldas, Sandona en Nariño, Tenza en Boyacá, Espinal en Tolima, Guapi en Cauca, Utica y Guaduas en Cundinamarca.

  

Mitos y Supersticiones
El mito, por su nombre griego, indica un mandato; tiene pues la fuerza de una ley, particularmente en las tribus indígenas; se basa en leyendas y fabulas, narraciones de índole religiosa, pues tal legislación era de tradición oral y paso a ser literatura oral. Los mitos pueden ser divertidos en tres categorías, así: mitos mayores, mitos menores y espantos. Los mayores constituyen una especia de deidades tutelares; los menores se asimilan a genios maléficos o traviesos y los espantos son simples visiones o sugestiones emparentadas con los espíritus o animas de los muertos y se localizan en lugares sombríos, lóbregos o medrosos, como cementerios, graneros y casonas destruidas. En esta región andina son notables los mitos mayores como la Madre monte, personaje tan notable como la “Madre montaña” de los griegos o su par americana la “Pacha-mama” de los incas.
La Madremonte es deida selvática que protege el ambiente, en especial las aguas y su mandato estriba en que nadie debe bañarse en ríos crecidos pues la Madre monte castiga a quien lo hace produciéndole ronchas y pústulas en la piel. Creencia que se justifica porque los cadáveres de animales y materias orgánicas en descomposición. Parece identificarse con el Daybagdodjira de los indígenas del Catatumbo (norte de Santander).
El Hojarasquin es personaje selvático, muy popular en Antioquia, protector de los animales de pezuña (venados, conejos, tatabros, dantas) y por eso el mismo tiene pies de chivo como el fauno o capripede griego. Se le imagina con apariencia vegetal, cuerpo musgoso y entrelazado de bejucos, coronado de flores silvestres; es, pues, mito ecológico ya que protege como la Madremonte la fauna y la flora. Se identifica con el
Boraro o Curupira pues unos y otros llevan los casos al revés para despistar a los cazadores.
La Patasola, mito típicamente colombiano, es frecuente en Cundinamarca, Tolima, Santander y Boyaca hasta el pie de monte llanero y Antioquia. Es personaje múltiple, especie de furia o Eumenides griegas, que tiene un solo pie, lo que le da su nombre, como protectora de los bosques y como alegoría del árbol, que tiene también un solo pie. Las patasolas nacieron en la mitología popular nuestra cuando se iniciaron los trabajos de descuajamiento de las selvas tropicales y por ello se dice que devora a los taladores de arboles y cazadores. Cuando alguien se pierde en la selva y hallan después su cadáver devorado por las bestias selváticas, se culpa de ello a la patasola; de hecho los mineros de la región del Carare dicen que la Patasola anda gritando por los montes, llamándoles, y el que se deja llevar por sus reclamos nunca vuelve a encontrar la salida de la selva, o bien se halla ahogado en algún rio muerto en un paraje retirado. Para ellos
es corriente el dicho “se lo llevo La Patasola”. La selva en este mito se personifica en un genio femenino de gran ferocidad, guardián de sus dominios y enemigo del hachero y aun del minero que trabaja en los ríos selváticos donde se hallan las minas de oro de aluvión. La motivación de esta presencia femenina se debe probablemente a la soledad del trabajador cuya imaginación crea naturalmente la presencia del sexo complementario en medio de la selva, símbolo de la hembra dominada y vencida, aunque a veces sea trágicamente vencedora. En Santander se identifica con la Mancarita.
Fuente: Región Andina Colombiana
Convenio 1412/2007
Ministerio de Cultura

Fundación Taller de Arte Junior

Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro

    

Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Guía para visitantes
Español
Durante el periodo Clásico Regional (1-900 d.C.) la población siguió aumentando a algo menos de veinte personas por kilómetro cuadrado y se identifican por primera vez algunos sitios residenciales que cubren varias hectáreas, específicamente en el Valle de San Andrés, en la Loma de Segovia y en el Plano de Segovia. Las unidades demográficas se hacen más grandes y aparece una nueva en el Valle del río Negro. Para esta época los habitantes tallaban estatuas de piedra del clásico estilo agustiniano, aunque con características iconográficas que las distinguen. Las estatuas aparecen concentradas en y alrededor de la parte alta del Valle de San Andrés (figura 11), donde también está la concentración demográfica más grande y hay una asociación espacial entre estatuas y montículos funerarios, al menos en el sitio de El Hato.
Sin embargo, a diferencia de otras regiones del Alto Magdalena, en Tierradentro no existe clara asociación entre centros de montículos funerarios con estatuaria y las concentraciones demográficas. Por ejemplo, la zona de densa ocupación en el plano de Segovia no muestra sino una estatua y hay sitios con estatuas en los que no se han encontrado montículos ni densidades altas de residencias de este periodo. No obstante, es posible que existieran tumbas monumentales como las de San Agustín, pero que la intensidad de la guaquería haya destruido los montículos. De este periodo pueden proceder también los pocos objetos de orfebrería de Tierradentro que se conocen, que guardan gran similitud con los de San Agustín y los de la región Calima, más al norte, pero de nuevo, los contextos originales de las tumbas fueron ya destruidos.
Durante el periodo Clásico Regional la población no muestra fuerte tendencia a escoger suelos fértiles, lo que ha llevado a algunos autores a proponer que el control de la producción agrícola no era determinante para la organización de los cacicazgos del Clásico Regional (Langebaek y Dever, 2009).
La población continuó creciendo y se concentró más durante el periodo Reciente (900 d.C-1530 d.C), época en la que ya no se tallaron estatuas de estilo agustiniano. Es posible que las tumbas monticulares individuales fueran remplazadas por los hipogeos, que contrastan mucho porque se excavaron para contener los restos mortuorios de un conjunto variable de individuos. Durante este periodo se dio el máximo de ocupación humana, con una densidad de algo menos de cuarenta personas por kilómetro cuadrado, muy superior a la actual (algo menos de treinta).
Aún no existe información confiable sobre la relación entre esa densa población del periodo Reciente y las poblaciones indígenas descritas en documentos españoles de la Conquista y la Colonia. Es posible que, como en otras partes del Alto Magdalena, poco antes de la Conquista se hubiese dado un despoblamiento y que las poblaciones indígenas de la Colonia hubieran ocupado un área deshabitada, aunque también lo es que hubiese una continuidad en la ocupación pero que la Conquista haya afectado tan rápidamente las estructuras tradicionales que no quedaran descripciones de los equivalentes a los cacicazgos del periodo Reciente. De todas formas, la población disminuyó drásticamente antes de los registros históricos y los niveles demográficos prehispánicos nunca se recuperaron. Individuales fueran remplazadas por los hipogeos, que contrastan mucho porque se excavaron para contener los restos mortuorios de un conjunto variable de individuos. Durante este periodo se dio el máximo de ocupación humana, con una densidad de algo menos de cuarenta personas por kilómetro cuadrado, muy superior a la actual (algo menos de treinta).
Fuente: © Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2011
Calle 12 nº 2-41, Bogotá, D. C.
Teléfono (57-1) 561 96 00 • Fax, extensión 144
www.icanh.gov.co

Valle del Cauca –Colombia -Guía Turística Atractivos


Valle del Cauca –Colombia  -Guía Turística
Atractivos
Cali Atractivos
Orientación urbana: a partir del río Cali, la ciudad se divide en dos secciones: el Sur, que son el corazón original que se desarrolló en torno de la Plaza de Caycedo y es el área de mayores atracciones turísticas que incluyen viejas iglesias y museos y que en el presente se está desarrollando en un eje longitudinal; y el norte del río, donde la Avenida Sexta sirvió de inicio del desarrollo de la zona con finas tiendas, restaurantes, cafeterías y bares. Hoy la ciudad se ha expandido tanto hacia el norte como hacia el sur.
Parques y zonas verdes
01. Parque Artesanal Loma de la Cruz Calle 5 con Carreras 14 y 15
Es un centro de exposición, aprendizaje, venta y rescate de la artesanía y sus afines. Emporio de manufactura artesanal. Declarado Patrimonio Arquitectónico de la ciudad en calidad de Hito Urbano.
02. Parque Panamericano Calle 5 con Carreras 34 y 36
Es un espacio creado como antesala de la unidad deportiva San Fernando, donde se realizan actos públicos de todo tipo. Los únicos elementos verticales son las astas de las banderas de uno de los costados del Parque. Carece de monumentos y tratamientos de fachada que limiten el uso del espacio. El diseño arquitectónico fue realizado por Manuel Lago Franco y Jaime Sáenz Caicedo.
Este lugar fue elegido para colocar la llama olímpica a su llegada a la ciudad, antes de la ceremonia de inauguración de los Vl Juegos Panamericanos de 1971.
Este Parque fue propuesto como Monumento Nacional el 26 de octubre de 1994.
03. Parque de la Retreta
Margen izquierda del río Cali, costado derecho del Puente Ortiz.
Lo forman una amplia zona verde con vías peatonales, bancas y luminarias estilo francés y un quiosco neoclásico, réplica del que existió en la Plaza de Caycedo hasta 1936, para recordar las viejas retretas o presentaciones musicales que dominicalmente hacía la Banda Municipal. Declarado Monumento Nacional en octubre de 1995.
04. Parque de los Poetas Calle12 con Carrera 1 y 3
Planeado como un espacio abierto y de distintos niveles para presentar espectáculos públicos de todo género, fue concebido además en homenaje a la poesía vallecaucana y a poetas como Jorge Isaacs, Ricardo Nieto, Carlos Villafañe, Antonio Llanos y Octavio Gamboa, destacados en la literatura nacional e internacional. Las esculturas son obras del maestro José Antonio Moreno.
05. Parque del Perro Calle 3 con Carrera 36, Parque Central, Barrio San Fernando.
Conocido por exhibir la estatua de Teddy, el perro más famoso de la sultana del Valle por la década de los sesenta, que fue envenenado, y que aún es recordado por su agilidad y adiestramiento. Junto a Teddy, restaurantes, bares, almacenes de diseñadores de todo tipo de ropa y joyas, convergen en un mismo sitio, como una alternativa en donde personas de todo tipo pueden disfrutar de una fresca brisa y un ambiente de rumba.
06. Jardín Botánico
de Cali A 1 kilómetro del Zoológico de Cali, en 12 hectáreas de bosque tropical.
Adelanta programas de propagación de plantas amenazadas y de siembra de otras especies para la reforestación de laderas. Cuenta con 12 estaciones, construidas con materiales orgánicos para procesos, como la polinización de las flores, y un sendero de 800 metros con especies arbóreas exóticas y nativas.
07. Orquideograma Enrique Pérez Arbeláez Avenida 2N No 48-10, Barrio La Merced.
Apreciado por su bella arquitectura, que rememora los viejos trapiches paneleros del Valle del Cauca con típicos techos y ambiente colonial, alberga en su interior gran paz y belleza floral. En este sitio se realiza anualmente la exposición de orquídeas en el mes de noviembre. Miles de coleccionistas nacionales e internacionales participan en el evento.
Fuente: Valle del Cauca Colombia
Guía Turística Colombia


Guía turística del Quindío

   

Guía turística del Quindío
Por allí vuelan más de 500 especies de aves para que su avistamiento, observación y registro fotográfico sea una de las actividades más placenteras durante las caminatas por varias reservas como Bremen en Filandia, El Ocaso en Quimbaya, El Jardín en Génova y el mismo valle de Cocora en Salento. Aparecen también ríos y quebradas cristalinas, hatos ganaderos y altísimas palmas. Son las de cera, nuevamente referencia del valle de Cocora, el lugar donde crecen y donde al tiempo se forma un sendero hacia el bosque de niebla y una de las entradas al Parque Nacional Natural Los Nevados, maravillosa reserva que el Quindío comparte con otros departamentos.
Cultura e Historia
En el territorio que hoy ocupa el Quindío existió una raza dura y diestra en el arte y la orfebrería. Eran los quimbayas, habitantes de la región antes de la llegada de los conquistadores españoles. En memoria de dicha raza se custodian hoy tesoros y lugares que prueban su existencia y demuestran cuan avanzada fue su cultura, como el Museo del Oro Quimbaya en Armenia.
En el siglo XIX el Quindío hizo parte de los territorios cobijados por el fenómeno de la colonización antioqueña, legado que se advierte en la actualidad, en razón a las costumbres, la rutina de sus pobladores y la arquitectura de los pueblos. El Quindío perteneció hasta 1908 al denominado estado soberano del Cauca y luego se integró al Viejo Caldas.
Y fue en 1966 que el departamento se creó como tal, siendo Armenia erigida su capital. Desde entonces, el Quindío ha gozado de plena autonomía en su desarrollo social y económico, convirtiéndose en atractivo para turistas e inversionistas.
Es por todo ese interesante pasado que la cultura e historia, como producto turístico, cobra un valor preponderante en el Quindío; porque además dicha herencia se preserva por medio de la arquitectura de los pueblos, de los museos y de los nuevos lugares que van naciendo como atractivo y como una forma de mantener la memoria.
Información General
Deportes y Aventura
La actividad física sin mayores riesgos y la aventura llevada al extremo son dos sanas maneras de sentir mejor la experiencia de estar en el Quindío. Canopy, ciclomontañismo, cabalgata, balsaje, kayak, juegos de cuerdas altas y parapente. Esos son los deportes más comunes en las verdes estancias quindianas.
Los ríos Barragán y La Vieja, el valle de Maravélez, el cerro El Castillo y la vereda Pantanillo, entre otros lugares, albergan con frecuencia a los aventureros que desafían las aguas, los vientos y las alturas para vivir experiencias llenas de emoción, en las que se conjugan sensaciones de vértigo con el placer de mirar lugares realmente hermosos.
Varios operadores quindianos disponen de la buena infraestructura que garantiza proceso por el que se ha logrado el prestigio mundial de dicho producto agrícola.
Hacer turismo rural en las fincas del Quindío significa contemplar los cafetos llenos de frutos, disfrutar la naturaleza, divisar el vuelo de mariposas multicolores y escuchar el canto de cientos de pájaros. Es el placer de la grata compañía, de una buena charla campesina y del suave sabor del café recién colado.
Las haciendas cafeteras, que en su mayoría sirven de hospedaje, están presentes en casi todos los municipios del Quindío. Pero además del conocimiento de la cultura cafetera, el turismo rural implica varios temas complementarios que tienen que ver con la rutina diaria del trabajador y de quienes idearon la forma de mostrar una parte de Colombia a través de las costumbres y las tradiciones. la práctica segura y divertida de las diferentes actividades. El Quindío ha venido ganando posiciones de privilegio en el campo de los deportes de aventura, precisamente por la adecuada organización y los diferentes lugares aptos para la práctica y que surgen entre la llamativa y reverdecida naturaleza.
Fuente: Guía turística del Quindío
ViveColombia
El país que llevas en tu corazón


CULTURA CALIMA - VIDA DIARIA - CARACTERÍSTICAS

  CULTURA CALIMA VIDA DIARIA CARACTERÍSTICAS La principal actividad económica de esta cultura estaba basada en el comercio de sus esculturas...