Región Costa Pacífica Colombiana Origen del folclor chocoano


  

Región Costa Pacífica Colombiana

Origen del folclor chocoano
El origen del folclor chocoano en su mayoría es español, con una mezcla africana,
puesto que casi la totalidad de sus componentes son de raza negra.
El aspecto español se heredó de los esclavos, quienes después de las fiestas de
sus amos empezaban a burlarse imitando sus danzas y bailes.
El folclor musical en el Chocó se remonta al tiempo en el que los esclavos tenían
necesidad de reunirse en momentos de alegría; comenzaron usando sus tambores
e instrumentos que fabricaban ellos mismos. Como el Chocó es un pueblo alegre,
la música hace parte de los aspectos más importantes de su vida.
Desde el punto de vista musical los chocoanos acostumbraban las tonadas y
cantos, las canciones folclóricas, arrullos y los instrumentos musicales.
Las canciones folclóricas
Los chocoanos han expresado todo su sentimientos a través de canciones folclóricas,
tales como “Lamento chochoano”, “El negrito contento”, “Amiragualdo”, “Juan Blandón”, entre otras.
El arrullo
Se le llama a las canciones de cuna, aunque en las veredas también las
acostumbran a cantar en los gualies o velorios de niños y en las celebraciones de
navidad. En estos casos pueden ser una o varias voces, siendo muy común el
estribillo cuando hay coro.
Es común encontrar a una madre o abuela cantando estos arrullos para hacer
dormir a su pequeño; aquí le demuestran la ternura, el amor y el deseo de suplir
las comodidades materiales ofreciéndole un calor humano irreemplazable.
Instrumentos musicales
El conjunto musical más importante en el Chocó es la chirimía. Esta agrupación de
instrumentos vino a remplazar el autóctono o sea el sexteto; también se encuentra
la marimba y los conjuntos de cuerda.
Chirimía
Su nombre viene de la flauta llamada chirimía (especie de metalófono con boquilla como la de la corneta de llave). Este instrumento el que a la venida de los europeos reemplazó a la flauta y luego fue a su vez remplazado por el clarinete, como instrumento que lleva la melodía en el conjunto musical chocoano; se usó para redoblar las partes vocales de la Colonia.
Por aclimatación idiomática se llama chirimía en el Cauca, Chocó y Antioquia a un
conjunto musical formado por dos bombos de diferentes tamaños, tambora, dos
flautas de carrizo, a veces triángulo en lo que se refiere a Cauca y Antioquia; en el
Chocó consta de un clarinete, una tambora o bombo, un redoblante o requinto y
dos platillos.
Tonadas y Cantos
El investigador Guillermo Abadía Morales dice en su libro que en el Litoral Pacífico la abundancia de tonadas musicales es notable y que el número de variedades y aires
resulta superior al de cualquier otra región del país.
Abadía propone tres razones que explican este hecho: la presencia de cuatro tribus indígenas (cunas, Emberas, Noamaes o Waunamas y los Cuayquer), que aportan 47 aires; la notable afluencia del elemento negro, que mantuvo su tradición musical con una muy reducida influencia blanca y la supervivencia de canto y danzas españolas del
siglo XVI que las poblaciones negras han conservado intactas. El resultado son 26
aires musicales, que desde los tiempos de la colonia se unieron al acervo indígena
que son 47.
De la extensa lista de los aires indígenas del Pacífico se pueden citar algunos
como los siguientes: el aconijaris, nombre que reúne muchos cantos religiosos de
las tribus Embera, en los que se alaba al sol y las fuerzas naturales, aunque en
algunas regiones catequizadas se mezcla con elementos católicos. La bienvenida,
tonada cuna de tipo ritual para recibir a los visitantes; el canta jai, originalmente
Noanamá, tonada de conjuro que interpreta el brujo o hechicero de la tribu; el
Daba Kurgin Huedí, el Nia Igatá, el Puna Lecua Bayai,etc.
Fuente: Región Costa Pacífica Colombiana
Fundación
Taller de Arte Junior
Escuela de Danza
Convenio: Ministerio de
Cultura
Miranda - Cauca

Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro


  

Parque Arqueológico Nacional de
Tierradentro
Guía para visitantes
Español

1. Localización
El Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro está localizado
sobre el valle de la quebrada de San Andrés, un afluente
del río Ullucos, alrededor de los 2° 34’ de latitud norte y 76° 2’
de longitud oeste, con alturas que varían entre 1.200 y 2.600 metros sobre
el nivel del mar (figura 1, figura 3).
El parque está administrativamente en terrenos del corregimiento de
San Andrés de Pisimbalá y dentro de la jurisdicción del municipio de Inzá,
departamento del Cauca. Es conformado por cinco predios localizados en la
zona de concentración de los hipogeos monumentales, a ambos lados de
la quebraba de San Andrés (figura 4), en un valle reconocido por la muy alta
densidad de sitios arqueológicos de varios tipos y periodos, localizados sobre
filos, cimas de loma y terrazas artificiales adecuadas en las pendientes.
Al parque arqueológico se puede acceder por vía terrestre desde
Bogotá, usando la ruta Bogotá-Neiva (292 kilómetros, vía pavimentada),
Neiva-la Plata (130 kilómetros, vía pavimentada) y la Plata-parque arqueológico
(48 kilómetros, sin pavimento). También se puede acceder por vía
terrestre desde Popayán (134 kilómetros, sin pavimento). Por esta ruta transitan
frecuentemente taxis colectivos y buses que se pueden tomar en las
terminales de transporte de las ciudades mencionadas. Tanto a Popayán
(aeropuerto Guillermo León Valencia-PPN) como a Neiva (aeropuerto Benito
Salas-NVA) se puede llegar en vuelos domésticos desde Bogotá. Si se viaja
en automóvil particular, es recomendable hacerlo en vehículos de doble
tracción, dado que, con frecuencia, el estado de las vías en Tierradentro es
precario.
La sede administrativa del Parque está 1,5 kilómetros sobre la vía a San
Andrés desde el Crucero, que es un punto localizado siete kilómetros al este
de Inzá, sobre la vía a Belalcázar (Páez) o a la Plata, y seis kilómetros al oeste de
las Juntas, sobre el cañón del río Páez. Normalmente, el trayecto hasta el parque
toma cuatro horas desde Popayán y once desde Bogotá, vía Neiva.
El parque arqueológico es administrado directamente por el Instituto
Colombiano de Antropología e Historia, autoridad nacional para la protección
del patrimonio arqueológico, y comprende los sitios de Aguacate, Segovia,
el Duende, San Andrés y El Tablón (tabla 1).
Tabla 1
Listado, localización y atractivos principales de los sitios del parque arqueológico
Sitio Lat, Lon (WGS84) Atractivos principales
Sede administrativa N2.570,W76.036 Museo Etnográfico y Museo Arqueológico
Segovia N2.574,W76.033 64 hipogeos localizados, 25 abiertos
El Duende N2.576,W76.028 13 hipogeos localizados, 5 abiertos
San Andrés N2.577,W76.044 23 hipogeos localizados, 7 abiertos, 1 colapsado
El Aguacate N2.567,W76.049 62 hipogeos localizados, 42 abiertos
El Tablón N2.580,W76.040 9 estatuas monolíticas
La Ley 103 de 1931 declaró como de “utilidad pública” los monumentos
y objetos arqueológicos de la región del Alto Magdalena y de
otros lugares del país, dando sustento legal para la adquisición en Tierradentro
de cinco de los predios que contienen los yacimientos arqueológicos
principales, iniciada en 1935. En 1936 comenzaron, a cargo de José
Pérez de Barradas, las exploraciones arqueológicas que delimitaron la forma
actual del parque, conformado oficialmente en 1945. Otro yacimiento
del parque arqueológico está localizado sobre el filo de la loma del Aguacate
y hace parte, administrativamente, del resguardo indígena nasa de San
Andrés. La declaratoria del parque como monumento nacional se confirmó
con el Decreto 774 de 1993, que le dio a la zona arqueológica una protección
legal especial.
En 1995, el Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro fue incluido
por la Unesco, a solicitud del Gobierno de Colombia, en el listado del patrimonio
mundial bajo el criterio C (iii), por constituir un testimonio monumental
único de la vida diaria, los rituales y las prácticas funerarias de una cultura ya
desaparecida, que nos legó una singular concepción del espacio funerario.
Fuente: Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro
Guía para visitantes
Español
Primera edición, mayo de 2011
ISBN 978-958-8181-73-8
© Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2011
Calle 12 nº 2-41, Bogotá, D. C.
Teléfono (57-1) 561 96 00 • Fax, extensión 144
www.icanh.gov.co

Choco Colombia Guía Turística Historia del Chocó


  

Choco Colombia Guía Turística

Historia del Chocó

El poblamiento del Chocó se remonta a la llegada de los primeros hombres del sur del continente americano. Los grupos humanos cazadores y recolectores no asentados, recorrieron estas tierras hace unos 10 000 años a. C., procedentes del Norte. A la llegada de los españoles, los principales grupos que se hallaban en el territorio y que han subsistido son los embera, los wannana y los tule.
La conquista del nuevo territorio se inició con la fundación de Santa María La Antigua
del Darién por Fernández de Enciso en 1510, en un área habitada por varios pueblos aborígenes. Con cierto grado de cultura y desarrollo, disponían de una  apreciable riqueza de oro y subsistían con la agricultura y la pesca.
Las tribus del Chocó defendieron fieramente sus territorios y atacaron las fronteras
españolas representadas en los asentamientos. En un principios, la reacción se manifestó pronto con acciones punitivas y después, con actos de pacificación.
El hecho de ser un punto estratégico de penetración y colonización del sur del continente, le otorgó importancia histórica a la región y al país. Los historiadores han deducido que la región fue un sitio de paso de Vasco Núñez de Balboa en su descubrimiento del océano Pacífico.
Pasada la colonización y con el avance de la navegación de vapor ocurrieron dos
acciones que impulsaron el desarrollo: una por la iniciativa privada de comerciantes
cartageneros entre 1850 y 1875, y otra originada por la intervención oficial del Gobierno Central mediante estímulos y subvenciones.
A lo largo de la historia, el río Atrato fue y sigue siendo artífice de la economía y la
cultura del departamento.
Durante la colonización española, esos territorios fueron el destino de una gran parte de la población esclavizada en África y traída a la Nueva Granada con el propósito de trabajar la minería del oro de aluvión.
La reducción de los indígenas del Chocó en Novitá y Citará y la ocupación española
provocaron grandes cambios en la vida económica colonial, cuyos aspectos más relevantes fueron el resurgimiento minero (1725-1785), la reactivación del tráfico negrero (1712) y la economía agraria esclavista.
En 1906, el territorio se separó del departamento del Cauca y se dio origen a una intendencia autónoma. Entre 1907 y 1947, con la creación de la Intendencia y hasta su institución en departamento, sucedieron varios hechos que remarcaron la historia: el primero, la unificación chocoana (1907-1916); la segunda, la llegada de los misioneros
claretianos; y la tercera, el desarrollo del norte de Quibdó con fábricas, vías, vapores y educación.
Etapa de transición (1932-1947): comercio activado por criollos y personas de origen
oriental; consolidación urbana, pequeña industria y actividades culturales.
Cronología
En 1510 fue la fundación de Santa María La Antigua del Darién, por Fernández
de Enciso
Entre 1725 y 1785 se dió el resurgimiento minero
En 1712 se reactivó el tráfico negrero
Entre 1850 y 1875 se dio el impulso del comercio y estímulos del Gobierno Central
En 1906 se segregó del departamento del Cauca
Entre 1907 y 1916 fue la unificación chocoana
Entre 1932 y 1947 fue la etapa de transición
Fuente: Choco Colombia Guía Turística

Guía Turística Colombia Amazonas Historia del Amazonas


  

Guía Turística Colombia
Amazonas

Historia del Amazonas
La categoría de departamento llegó al Amazonas el 6 de julio de 1991, con la promulgación de la actual Constitución Política de Colombia. Hasta ese momento,
unas veces había sido intendencia y otras veces comisaría, en los llamados ‘territorios nacionales’, divisiones territoriales que ya no existen en el país.
Este departamento ha conservado gran parte de su riqueza natural, toda vez que
la mayoría de su territorio está cubierto de selva. El conquistador español Francisco
de Orellana, quien exploró Ecuador, Perú y Brasil, es recordado como el descubridor
del río Amazonas, y se internó en sus aguas.
Incluso fue el mismo Orellana quien nombró al río y su zona circundante como
‘Amazonas’, pues aseguró que algunas mujeres atacaron su flota. El español
relacionó a las guerreras con las amazonas de la mitología griega y por ello
el nombre. Sin embargo, historiadores y antropólogos aseguran que en la zona
nunca han existido mujeres guerreras, y explican que Orellana se confundió, porque
en realidad lo atacaron hombres de cabellos largos.
La hegemonía del Amazonas colombiano recayó en Popayán; sin embargo, la
concentración del poder en las regiones Andina y Atlántica llevó a que gran parte
del territorio se perdiera ante el acoso de peruanos y brasileños. Incluso, en un
momento de la historia Colombia no tuvo acceso al río Amazonas, situación que se
clarificó cuando Perú y Colombia legitimaron sus fronteras, a principios del siglo XX.
Esos tratados dejaron el acceso de Colombia al río Amazonas con el llamado ‘Trapecio
Amazónico’, y una ciudad como Leticia, fundada por peruanos, pasó a ser la principal
población de Colombia en la Amazonia.
Aunque la historia del Amazonas está exenta de las confrontaciones bélicas
que han marcado parte de los acontecimientos del interior del país, la explotación
del caucho entre 1870 y 1920 atrajo colonizadores de varios países, quienes
explotaron, con esclavitud o reducción, a siervos de poblaciones indígenas, mestizas,
mulatas y negras. Sin embargo, esto es historia ya lejana.
En los últimos años, el Amazonas ha gozado de la bonanza del turismo ecológico,
que cada vez es más atractiva en el mundo, y lugares como Leticia han constituido
una infraestructura que permite atender a los turistas y viajeros que desean explorar
las características naturales y culturales del río Amazonas, la selva que lo acompaña
y las comunidades que allí habitan.

Cultura y Tradiciones
Gracias a la poca penetración de la colonización occidental en las selvas colombianas del Amazonas, la riqueza natural y cultural de muchas culturas precolombinas
se ha mantenido casi intacta, aunque otras han vivido un intercambio con otros grupos,
especialmente blancos y mestizos provenientes de países como Perú, Brasil y Colombia, situación que se hace notoria en lugares como Leticia, donde la pluricultural es una de sus mayores características.
Los indígenas que predominan son de las etnias huitoto, yagua, cocama y ticuna;
esta última es la de mayor presencia en las comunidades asentadas en la ribera
amazónica. Los huitotos se concentran entre los kilómetros 6 y 10, en la vía
de Leticia al corregimiento de Tarapacá.
Son pequeños resguardos que han quedado tras su movilización de los departamentos
de Putumayo y Caquetá. En sus familias prima la exogamia; es decir, las parejas se conforman por miembros que no tienen parentesco alguno, a diferencia de otros grupos. Esta comunidad mantiene sus creencias, tradiciones y un enorme respeto por la naturaleza.
El hombre mambea y la mujer cocina y se dedica a los oficios domésticos. “Mambear”
significa masticar un polvo de hojas secas de coca y yarumo, que combinan con ambil, un extracto del tabaco.
Mambean para buscar soluciones, para educar y estar felices. Habitan en malocas que, al mismo tiempo, son centros ceremoniales en los que realizan sus ritos y danzas. Viven de la pesca y de lo que producen las chagras (los cultivos).
Los ticunas se localizan en Leticia, en Puerto Nariño y en las distintas comunidades
asentadas a orillas del Amazonas.
A pesar de haber entrado en contacto con los colonos y de abandonar algunas de sus costumbres, aún hay grupos indígenas que mantienen las tradiciones como una forma de transmitir a las nuevas generaciones la esencia de sus orígenes, representada en la lengua nativa, las danzas, el vestuario, los ritos y las creencias.
Por ejemplo, algunas familias ticunas aún celebran la pelazón, un acontecimiento
que se deriva de la primera menstruación de la mujer, cuando su familia la aísla del
resto de la comunidad, mientras su padre sale en búsqueda del masato y de la comida que ofrecerá a los invitados de la ceremonia en honor a la muchacha.
En dicho acto, que tiene como fin augurarle un buen porvenir a la joven, ésta es pintada
de negro con un tinte que extraen del fruto llamado huito. La creencia nativa establece
que en esta ceremonia se libra a la joven de las enfermedades y se le proporciona suerte para que consiga la pareja ideal.
En noches especiales, la comunidad ticuna se reúne para bailar danzas típicas que representan momentos de su cotidianidad, como los bailes del pescado y del chulo. Para estas representaciones acuden a los trajes autóctonos hechos con fibras naturales, como la yanchama, tela extraída de un árbol; y tintes de huito, achiote y azafrán. Los accesorios, como collares y coronas, se caracterizan por el uso de colmillos y plumas de animales, al igual que semillas, como las del árbol del jabón y las lágrimas de San Pedro.
En Leticia y Puerto Nariño, las características culturales toman otras connotaciones,
pues conviven tradiciones de diferentes grupos de Colombia y otros países. A lo largo del año son frecuentes las fiestas y celebraciones propias y de las colonias.
Por esto mismo, la gastronomía y la música de cada región encuentran espacio en estos dos cascos urbanos.
Además de la riqueza natural del Amazonas, el patrimonio pluricultural es uno de
los atractivos de un departamento que, como éste, ha dejado costumbres congeladas
en el tiempo para beneficio de la humanidad
Fuente: Guía Turística Colombia
Amazonas Vive Colombia

CULTURA CALIMA - VIDA DIARIA - CARACTERÍSTICAS

  CULTURA CALIMA VIDA DIARIA CARACTERÍSTICAS La principal actividad económica de esta cultura estaba basada en el comercio de sus esculturas...